Y
terminaron ya las fiestas, con sus temibles comidas y quebraderos de cabeza del
tipo ¿y que le voy a regalar? es que tiene de todo… ay,
tengo el estómago, estas comidas me matan. Y es, en su origen, una
fiesta entrañable, con reuniones familiares y de amigos. Y como no, el Feliz año!, emana de cada boca como un
suspiro. Junto con palabras llenas de propósitos y buenas intenciones, nos
encontramos en medio de compromisos familiares, regalos obligados, barrigas
llenas y bolsillos vacíos. La caja tonta nos inunda con un sinfín de
propuestas comerciales al son de comprátelo todo y comprátelo ya!! Tras la
etapa otoñal, cuya publicidad nos invitaba a coleccionar de todo (hasta
rosarios de la Aurora) llegan los perfumes y los bombones de la Preysler.
Y venga
para acá y para allá... Y a comprar papel de regalo en el chino, y tirarlo
finalmente porque es malo que no veas. Y a encontrar el parking del centro
comercial con una cola interminable, y otra cola interminable para pagar dos
cositas de nada, y luego a volver a hacer cola otra vez.... Buff, ¡Santa
Paciencia nos acoja!
Por
circunstancias personales, este año apenas he pisado un establecimiento para
comprar presentes navideños… Aún recuerdo el último perfume que regalé:
numerosos estantes llenos de botecitos de cristal de diferentes colores y
borrachera de olores en la nariz… que si esta
es más dulce, esta es un poco más fuerte.. ay, no, que esta es como muy de
señora mayor… Y a mi lado mi acompañante grita: ¿Quieres Comprar
ya?! Que son colonias, ¡todas huelen bien! ¿Y que decir de los menús? Cuando uno
se intenta recuperar de la cena de nochebuena, toca otra comida, luego picoteo
con amigos, unas cañas, vuelta al fin de año… madre mía, ¡normal que uno se
canse! Que la gula es un placer pero también un pecado, sobre todo en
estas fechas…
En fin, corramos un tupido velo. Con ello no os llevéis la idea
equivocada de que aborrezco la Navidad, no es cierto. Simplemente me ha dado
cuenta, año tras año, que al final se convierte en unos días puramente
comerciales. Eso sí, yo me quedo con la parte entrañable de estas fechas, el
estar con mi gente y arroparme con los míos. Eso es con lo que yo me quedo.