miércoles, 13 de julio de 2016

Quitamiedos

Se quedan de piedra las mejillas
cuando escuchas
como se desgasta tu nombre en otros labios.
No por gusto de quien lo dice.
No hay miel en su aliento.
Solo una boca desenvainando la espada.

Qué sabrán de ti.
Tú, que calmas la locura de mi mente.
Tú, que proyectas en mí lo imposible.
Tú, que me haces cosquillas con tus sueños,
me sacias.
Tú,
que eres el quitamiedos de mis distancias.