viernes, 3 de agosto de 2012

Recortando libertades

    Llevamos meses sufriendo un bombardeo incesante de noticias anunciando recortes. Uno tras otro. Sanidad, educación, información… La política del gobierno actual ataca donde más le duele a una ciudadanía que, desgradaciadamente, ya tiene demasiadas preocupaciones. Poco puede importarle a un parado el importe cotizado anteriormente si, cuando tiene la necesidad de cobrar el subsidio, se encuentra a los seis meses con un recorte del 50%. Indignante. Nos espera un futuro realmente desalentador. Si nuestros padres y abuelos pasaron miserías y se alegraban porque vivíamos “tiempos mejores”, nosotros tendremos que contener nuestra rabia al ver como gran parte de las mejoras que otros han conseguido, con sudor y lágrimas, se vayan desvaneciendo lentamente.  
En medio de una prima de riesgo que se dispara por momentos y el interminable conflicto económico en la zona euro. Entre todo este caos informativo, aparece un titular que nos vuelve a dejar boquiabiertos. Nuestro ministro de justicia tiene la brillante idea de proponer una reforma en la actual ley del aborto. Y, una vez más, nos vuelven a tocar donde más nos duele. Porque si hace unas semanas se anunciaban recortes en la actual ley de dependencia, hoy Gallardón planea endurecer la ley de interrupción del embarazo pretendiendo no incluir, como venía siendo hasta el momento, los casos de malformación en el feto. E impedir la capacidad de decisión de cada mujer, obligando a traer a este mundo a un niño con serios e irreversibles problemas de salud que condenarían su vida al fracaso. Por supuesto, no estoy hablando de grados de discapacidad en niños que perfectamente puedan llevar una vida digna, sino de malformaciones que desembocan en enfermedades sumamente graves, haciéndole pasar un auténtico calvario. Y no hablemos del dolor, de las intervenciones quirúrgicas, de las idas y venidas a un hospital que se convierte en su segundo hogar. Y no mencionemos las numerosas ocasiones en las que la vida del niño se apaga a los escasos años de nacer. Yo estoy de acuerdo con la vida, pero así no.
Cada uno es muy libre de opinar y, en consecuencia, de decidir. No pueden arrancarnos ciertos derechos que han costado lo suyo. Así, sin más razones, volveremos a leyes retrógadas y ultraconservadoras. El PP gobernará España pero mi cuerpo lo gobierno únicamente yo. ¡Ya está bien! Aunque si nos remontamos a la era PSOE, que reformó la ley que está vigente a día de hoy, nos daremos cuenta de que estaba clarísimo que el gobierno actual trataría de reformar y restringir la actual política sexual y reproductiva. Por aquel entonces el PP llegó a decir que el número de abortos aumentaría considerablemente y que, en muchos de los casos, las mujeres lo habrían hecho no por decisión propia, sino coaccionadas por su familia o su situación económica. Lo que pone en duda la capacidad de una mujer de tener criterio propio ante una situación de este tipo. No digo más: el colmo.
En pleno s. XXI, la era de la tecnología, de la comunicación instantánea, de la información a tan solo un clic, nos damos cuenta de que cuanto más conocemos, menos idea tenemos de nada. Toda información ha pasado antes por numerosos filtros. En lo que llevamos de año, nuestro país ha sufrido importantes cambios y eso ha provocado una gran afluencia informativa en muy poco tiempo, algo cuidadosamente estudiado. Porque aunque estamos muy pero que muy quemados, en seguida desviamos la atención de lo ocurrido anteriormente, aquella noticia que era una aberración, para centrarnos en las nuevas y mucho más pesimistas. Y el gran perjudicado es precisamente el que más lo necesita. Los recortes en sanidad y educación son un auténtico escándalo. Todo el mundo tiene derecho a un sistema sanitario decente, a una enseñanza digna, a un total acceso a la cultura. Se trata de igualdad de oportunidades, y no de hacer exclusivo a una minoría algo que nos pertenece a todos. Todo esto no es más que el comienzo. Intentan crear una sociedad inculta pero, sobre todo, con miedo. Nos lo están metiendo en el cuerpo, a cada minuto. Porque es mucho más fácil dominar a una sociedad atemorizada.
Y en su ascenso a la cumbre se suben al siguiente escalón: recortando nuestras libertades, intentando cerrarnos la boca para decidir por nosotros. Es la mujer quien se plantea el hecho de traer o no un hijo a este mundo. Es ella quien decide cuándo disfrutar de la maravillosa experiencia de ser madre sin que suponga una obligación. Que no nos prohiban nunca la capacidad de decidir. Que no nos impongan nunca la ley del silencio.

2 comentarios:

  1. El problema es que este gobierno hubiera conseguido la mayoría absoluta... No era el momento para esto. Se necesitaban varios puntos de vista sobre las amargas situaciones que estamos pasando.

    Se ven con derecho a hacer lo que les venga en gana, sea ético y/o moral o no; sea positivo o no; sealo mejor para TODOS o no...

    Lo que vemos es que siempre eligen hacer los recortes tocando a aquell@s a l@s que ya no les queda casi nada o nada, mientras los de "arriba" siguen manteniendo una situación que, si bien no es tan buena como antes, es buena igual... Pueden vivir sin tanto como antes.

    Los de "abajo" ya no pueden vivir, ni como antes ni sobrevivir.

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    1. Totalmente de acuerdo! Si no hubiesen ganado por mayoría absoluta, sería muy diferente. Y ojalá hubiese sido así. En medio año están poniendo el país del revés. No quiero pensar cuando terminen la legislatura. Al final, la educación y sanidad decentes para los ricos. Tiempo al tiempo. Ahora más que nunca deberíamos ir todo el mundo a la calle y no permitir que nos tomen el pelo. Al final ni democracia ni leches, una dictadura encubierta más.
      Un beso Bea!

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