domingo, 8 de septiembre de 2013

Desesperación

Hacía tiempo que Elisabeth se había vuelto escéptica. En todo. Su corazón de pasta dura, inerte, inmune a cualquier impacto. Sólo había que mirarle a los ojos para darse cuenta de que no existía sentimiento alguno. Pero eso era lo que ella creía. Ingenua... Nada ni nadie tiene el poder de ir en contra de su propia naturaleza: la de su condición humana. Por eso cuando recibió aquella llamada, el hielo que corría por sus venas comenzó a derretirse. Y un ardor imprevisible se convirtió en un cosquilleo constante. No puede ser. Él no. Hacía tiempo que Elisabeth había renegado del sello de su propia existencia: su familia. Años atrás dejó todo lo que tenía, incluido un hijo, pequeño, vulnerable, ajeno a lo que su frívola madre comenzaría a ser. Una niñez que transcurrió sin saber cómo ni cuándo porque a ella le importaba muy poco. Nada. Pero cuando escuchó aquella voz, aquellas palabras anunciándole un futuro inmediato que ella no había previsto, comenzó a temblar. La desesperación se apoderó de ella. Se dejó caer en su sofá próximo, con la mirada perdida. Se derrumbó. Y sus ojos de hielo comenzaron, por primera vez en su vida, a derretirse. 


Microrrelato para "Los pájaros de mi cabeza", espacio que comparto con la ilustradora Lil Abi en el que se entremezclan arte y literatura. Se ha publicado además en el espacio croadores de "Croa magazine"

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