Frágil
Demasiado tarde para devolver el brillo a tus ojos, para descubrir la ingenuidad por vez primera, para devolver la vida a los muertos que están bajo tierra, para frenar guerras sin sentido, para evitar que el agua termine en el océano y que los puños terminen en armas, en sangre. Demasiado tarde para cambiar tu destino, para evitar tus adversidades. Quise protegerte en la inocencia de los sueños imposibles. Quise vestirte con el disfraz de la utopía, adornándolo con la felicidad absoluta, la que no existe. Nada es absoluto. Lo que recibiste a cambio fue el peor de mis pronósticos. Te convertí en copa de cristal y cometí un error irrevocable: no detenerte cuando te dirigías hacia el suelo.
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