domingo, 8 de septiembre de 2013

Primera vez

Dicen que tengo buena memoria. Soy consciente de ello al recordar el día en el que cumplí cinco años. El hoy desaparecido cine Ronsell se me antojaba un edificio de increíbles proporciones a mis ojos inexpertos. Y la sensación de inmensidad al entrar en aquella sala oscura, silenciosa y vacía, contrastaba con el gran algarabío que acaecía en la calle. Tras unos minutos, la luz llenaba el espacio y, súbitamente, se hacía la magia para crear un mundo nuevo, real y ficticio al mismo tiempo. Daría lo que fuese para poder ver mi rostro en ese mismo instante, observar el reflejo irrepetible de las primeras veces. Era tan sólo un niño y, sin embargo, comparto muchas cosas con aquel momento tan lejano en el tiempo y tan cercano en la memoria. Varias décadas después, sigo sin faltar a mi cita. Aunque mi padre olvida por momentos aquellos resquicios del pasado y del suyo propio, los revive cada sábado con escenas que marcaron su vida. Le miro desde mi butaca contigua y, a veces, su rostro se llena de sorpresa y expectación, como una nueva primera vez. Me doy cuenta entonces del gran tesoro que ambos compartimos.

Finalista en el IV Certamen de microrrelatos de cine "Arvikis Dragonfly":

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